Mejora de la comunicación interpersonal
Como se sabe, el ser humano es un ser social,
puesto que pasamos la mayor parte de nuestra vida con otras personas. Por este
motivo, es de gran importancia que aprendamos a entendernos con aquellos que
nos rodean y a comunicarnos de manera adecuada en las diferentes situaciones
sociales que se presentan a lo largo de la vida.
A la hora de comunicar tanto críticas como
elogios o simplemente discutir ciertos temas con otras personas, es necesario
saber cómo hay que dirigirse al oyente:
- Tiene que ser de una manera adecuada para que comprenda cuál es nuestro objetivo en la conversación.
- Debemos comprender al otro,
- Aprender a escuchar a los demás para poder entender cuáles son sus sentimientos y su forma de ver las cosas.
- Hacernos una idea de por qué actúa cómo lo hace o por qué nos ha dicho lo que nos dice.
Todo el mundo conoce y podría decir a priori
algunos principios básicos para lograr una comunicación adecuada en un contexto
determinado, aunque algunas veces nos olvidamos de ellas, o son tan simples y
comunes que no nos damos cuenta. Éstas son las siguientes:
LA ESCUCHA ACTIVA
Sin duda, es un aspecto importante y difícil.
¿En qué se diferencia la
escucha de la escucha activa?
La escucha activa no es solo escuchar,
sino darse cuenta también de cuáles son los sentimientos de la persona
mientras habla y las ideas o pensamientos que acompañan lo que está diciendo. Es
importante saber escuchar. Muchas veces, la falta de comunicación viene dada
por no saber escuchar a los demás. En ocasiones, nos puede resultar
difícil porque se podría decir que requiere mayores esfuerzos que el hecho de
hablar. No obstante, muchas veces escuchamos sin entender correctamente lo que
se dice.
La escucha activa es un
complemento que nos hace entender la comunicación desde la perspectiva del que
habla. Un error frecuente es confundir escuchar y oír. Oír es recibir el
sonido, mientras que escuchar es entender lo que se oye, darle sentido.
¿Cómo mejorar la escucha activa?
- Hay que "preparase interiormente" para escuchar y observar al otro.
- Mostrar que estas escuchando, ya sea con el contacto visual, realizar gestos, o simplemente con expresiones como “ya veo” o parecidos.
- No distraernos, lo cual nos resulta muy fácil, pues la atención va disminuyendo conforme avanza la conversación.
- Hay que respetar al hablante, no interrumpirlo y tampoco juzgarlo.
- Evitar el denominado “síndrome de experto” en el que tienes la solución correcta al problema del que nos habla, y muchas veces sin tener toda la información de éste.
COMUNICACIÓN ACTIVA
¿Cómo mejoramos la comunicación activa?
- Mostrando empatía. Intentar "ponernos en sus zapatos".
- Parafrasear. Tenemos que tratar de decir lo que nos acaban de decir, pero con otras palabras.
- Emitir palabras de refuerzo o cumplidos. Tenemos que hacer uso de palabras que puedan servir de halago hacia la otra persona.
- Resumir. Durante el proceso de comunicación tenemos que hacer uso de expresiones que muestren nuestro grado de comprensión, como por ejemplo "Si no he entendido mal..", "A ver si he entendido bien...", "¿Es esto correcto?".
¿Cómo mejoramos la comunicación interpersonal?
- Realizando una crítica sobre cómo es el comportamiento de la otra persona. Intentando hablar de lo que la persona hace y no de lo que es. Podemos sustituir:
"Estás haciendo esto mal,
eres un desastre"
por
"Estás haciendo
esto mal, últimamente lo haces todo deprisa."
- Tratando los problemas de uno en uno.
- Evitando las generalizaciones.
- Eligiendo adecuadamente el momento y el lugar.
- Siendo breve en las conversaciones.
- También es importante la comunicación no verbal: el contacto visual, las muestras de afecto, el todo de voz y la expresión fácil.
Mejorar la comunicación está en nuestra mano.
Una comunicación agradable y sana es sinónimo de estar a gusto con uno mismo y
con los que nos rodean. Aquí os dejamos una cita para que reflexionéis:
“No hables sino cuando
estés perfectamente instruido o cuando te veas obligado a romper el silencio.
Sólo en este caso vale más hablar que callar; fuera de éste, más vale callar
que hablar”.
Isócrates.
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